La Biblioteca Digital Nacional cumple 10 años
Con motivo de la conmemoración de sus 200 años, el 20 de agosto de 2013 la Biblioteca Nacional anunció la creación de una plataforma que permitiría expandir su labor de preservación del patrimonio bibliográfico y acceso al conocimiento: la primera biblioteca pública digital.
La directora de Bibliotecas, Archivos y Museos por esos años, Magdalena Krebs, aseguró que la iniciativa era “parte de la proyección que hace la Dibam de los próximos cien años de la Biblioteca, en los que debe continuar encargada del acopio, resguardo y difusión de la memoria. La Biblioteca Nacional es una institución que siempre ha recogido lo propio de su época, y gracias a la Biblioteca Nacional Digital lo continuará haciendo, ahora con la ventaja de que se aumentará exponencialmente el acceso».
El sitio recibe al día de hoy un promedio mensual de 265.000 visitas mensuales y ofrece 229.796 registros y 237.309 objetos digitales que usuarios de todo el planeta pueden consultar de forma gratuita. En el caso de los documentos que forman parte del Patrimonio Cultural Común, estos también se pueden descargar libremente.
Para celebrar estos 10 años, la institución anunció la incorporación de 1500 nuevos títulos de autores nacionales, entre ellos Claudio Bertoni, María José Ferrada o Lina Meruane, entre otros, con una inversión que supera los 100 millones de pesos.
La primera biblioteca digital de la historia, o, mejor dicho, el proyecto pionero que inaugura este modo de acopio, fue creada en 1971. El estadounidense Michael Hart decidió utilizar la computadora que tenía su universidad (Illinois), transcribiendo y almacenando libros que ya existían físicamente. El resultado de este trabajo fue denominado más adelante como el Proyecto Gutenberg, que todavía existe y tiene 70.000 libros a libre disposición.
No obstante este antecedente, el primer reconocimiento importante de la importancia de las bibliotecas digitales llegó con el anuncio en 1994 de que se repartirían 24,4 millones de dólares de fondos federales estadounidenses entre seis universidades para la investigación de las “bibliotecas digitales”.
Un dato interesante es que en 1825, a través de la Ley de Imprentas, se instauró en Chile la Ley de Depósito Legal, que obliga a dejar en la Biblioteca Nacional un cierto número de ejemplares de todos los impresos que se publicaran en el país. En 2001, en la Ley de Prensa dicha obligación se extendió también a las grabaciones sonoras, producciones audiovisuales y producciones electrónicas.
