Hojas en Blanco

Largas filas en librerías, un amplio mercado informal y las distintas herramientas digitales que se suman para acceder al texto, demuestran el fenómeno de ventas de la propuesta de nueva Constitución redactada por la Convención Constitucional.

Fuente: CNN en Español

“Desde que se terminó el borrador no he parado de vender copias, la gente está muy interesada en leerlo, no puede pasar un día en que no tenga la constitución en mi puesto porque pierdo ventas”, señala Óscar, vendedor de libros en el centro de Santiago por más de veinte años. ¿Qué fue lo que despertó el interés en la ciudadanía por leer un texto jurídico? La razón principal, dirían los abogados, consiste en la importancia del cuerpo legal para el sistema jurídico. Se trata de la norma fundamental que determina las bases de la institucionalidad, los derechos y garantías de las personas y otros elementos básicos que configuran la estructura del Estado.

Aparentemente, se trata de un libro de difícil lectura, pero la contaminación informativa que rodeó el proceso generó más interrogantes que respuestas. El investigador y académico de la Universidad Católica, Sebastián Valenzuela, calificó como “brutal” la desinformación sobre la propuesta. Las distintas interpretaciones y las noticias falsas generaron confusión en la población, el recelo instó a verificar de primera mano qué estaba y qué no estaba consagrado en el texto.

Pero el impulso por leerlo iba más allá; “el pueblo no sabe leer, el pueblo no entiende, todo Chile con promedio rojo en comprensión de lectura. Altanería, condescendencia, clasismo, racismo, calculada crueldad: todo eso molestó y dolió”, sostiene el escritor chileno Alejandro Zambra, para explicar las ganas de leer el texto jurídico, “ese desprecio también nos envalentonó: más ganas nos dieron de leer el libro”.             

Más tarde el mismo día en que el órgano redactor hizo entrega de la propuesta de Constitución Política al presidente Gabriel Boric, LOM Ediciones sacó a la venta las primeras mil copias. Debido a las largas filas que se registraron durante esa semana, la editorial continuó reimprimiendo el texto, acumulando alrededor de 90 mil ejemplares vendidos. Desde el gobierno se comprometieron a entregar 900 mil copias, como parte del programa “Chile Vota Informado”. La Biblioteca Pública Digital dispuso una copia que suma más descargas que cualquier otro libro durante el año. A menos de dos semanas del plebiscito una docena de librerías se unieron en la iniciativa “Librerías por un Libro”, la cual consistió en que durante toda una jornada solo vendieron la propuesta de Nueva Constitución, además de entregar tips para la lectura.

Las alternativas para acceder al texto se multiplicaron. El audio libro de la nueva constitución de Chile, suma casi 200 mil reproducciones en Youtube y el podcast más escuchado durante el mes de julio fue la lectura de la Constitución de Radio Cooperativa.

Un mes antes de que terminara el trabajo de la Convención, miles de ejemplares ya llenaban todos los quioscos del país. Entre 3 y 5 mil pesos, cuesta el libro de color morado de 178 páginas, que incluye 388 artículos y consagra una cantidad record de derechos.

La edición definitiva establece en su preámbulo “Nosotras y nosotros, el pueblo de Chile, conformado por diversas naciones, nos otorgamos libremente esta Constitución, acordada en un proceso participativo, paritario y democrático”.

Según el ranking del diario El Mercurio, la Constitución se convirtió en el libro de no ficción más leído en Chile durante la mayor crisis política y social desde el retorno a la democracia. En medio de la revuelta social de octubre de 2019, las ventas de la Constitución de 1980, aún vigente en el país, se dispararon. La carta magna se vendió aproximadamente un 40% más que en el año anterior.

El 4 de septiembre de 2022 el pueblo chileno se pronunció en el plebiscito obligatorio respecto al texto record en ventas, resultado de un proceso histórico y doloroso. La propuesta de nueva Constitución escrita, durante un año, por representantes de todos los sectores de la sociedad finalmente fue rechazada y en vez de convertirse en la nueva carta fundamental, pasó a ser un fetiche coleccionable, un libro más en las bibliotecas.

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